viernes, 28 de enero de 2011

El valor para afrontar los miedos


La luna surca el cielo mientras sentado en el alfeizar de mi ventana, dibujo con las estrellas tu rostro en el oscuro manto de la noche. Es como una imagen grabada a fuego en mi memoria, y es tan nítida, tan… “real”, que por un momento me inquieto pensando que estás cerca.
Una vez repaso tus facciones, me detengo en tus labios y los quiero besar. Pero pronto vuelvo a la realidad y me encuentro con una lágrima fugitiva que recorre mis mejillas. Son lágrimas de rabia, de no poder dar rienda suelta a mis emociones. Me odio por no esforzarme en hacer realidad mis sueños, por dejar que el tiempo pase inexorable.
Es terrible ser vencido por tus miedos. Estos te empiezan a dominar y te hacen elegir caminos que llevan a ninguna parte. Pero llega a tu vida el momento más temido para ti, tu mayor miedo. Y como por arte de magia, reúnes tanto valor que hasta te planteas si en realidad eres tú mismo.
Te cito en un lugar apartado, un pequeño parque en una calle de la que me he olvidado el nombre. Llego puntual y tú te retrasas unos minutos, haciendo que el pulso se me acelere. Ahora o nunca, te lo diré sin importar lo que puedas responder.

2 comentarios: