La conversación

Anoche tuve una conversación. Mi corazón, mi razón y yo. Debía decidir, “tú” o “él”. La razón me decía que el amor era algo prescindible, que desaparece con el tiempo, que no podía decidir algo con la ayuda del corazón. “Confía en mi, yo siempre elegiré lo mejor para ti”. El corazón confiado, sólo dijo: “pronto sabrás la verdad”.
No comprendía lo que me quería decir el corazón, y por no pensar en ello, hice caso a la razón y lo elegí a “él”.
Pasaron días, meses, y estaba a gusto con mi elección, estaba bien, pero pronto empecé a sentirme vacío, sin ilusión. ¿Por qué? Estoy bien, relajado, es una buena persona. No se cuál es la causa, pero no puedo seguir así. Lo consulté con la razón y ella no comprendía como podía rechazar todo aquello que me ofrecía “él”. Seguridad, apoyo, tranquilidad...

El corazón hizo su aparición, y decidido dijo “No importa lo bueno o beneficioso que sea algo para ti, al final las elecciones más importantes en tu vida siempre van ligadas más al corazón que a la razón. Si algo no lo eliges de corazón, estas destinado a la tristeza”. En ese momento, me di cuenta. “Tú” eres lo que quiero, quiero quererte y quiero amarte de todas las maneras posibles, sin importar el dónde, el cómo, el cuándo, y sabiendo el por qué.

¿Por qué te quiero?  Porque mi corazón ha decidido y soy feliz a tu lado.